Autoretrato sobre bandera a rayas. |
Un hebreo me dice que he nacido 5748 años después que la luz fue separada de las tinieblas. Eso corresponde al 1409 después de Mahoma, año chino del Dragón, en el día protegido por la serpiente emplumada.
Me abrieron los ojos a la luz en el Seguro Social, en la misma ciudad y en el mismo mes en que la muerte, bajo el rosto de seguridad de Estado, arrancó la Panel Blanca y obligó a abordarla a sus dos últimas víctimas. Ese mismo día, en 1936, los nazis arrancaron el primer escarabajo Volkswagen y en 1985 Metallica empezó a grabar Master of Puppets.
Cuando cumplía cinco años le pegaron el primer bombazo a las Torres Gemelas y, cuando cumplí la mayoría de edad, descubrieron el templo solar de Ramsés II; cuestiones de las que claro, no me di cuenta. Aún recuerdo a Maradona saliendo del campo en el Mundial del 94. Buenas fiestas hubieran sido de haber celebrado mi cumpleaños con Víctor Hugo y Jhonny Cash.
Según el santoral católico debí haberme llamado Alejandro, Andrés, Diodoro, Faustino, Paulo, Porfirio, Víctor o Roberto, sin embargo mi madre escogió llamarme Gabriel y no Jazael, como lo había planeado. Yo escogí a mi propio santo de cabecera, San Gabriel de la Dolorosa.
Nací de la literatura cubana, de la música española y del fútbol argentino. Me gustan las flores, la programación, la cocina improvisada y el color verde. Digamos pues que hoy soy Gabriel Padilla Woltke, que nací el 26 de febrero de 1988 y que escribo. Básicamente, escribo.
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